sábado, 21 de febrero de 2009

A Propósito De La Depresión


Por: Igor Castillo

“El dolor es un maestro del que podemos aprender mucho.” (John Powell)


La depresión es considerada como el trastorno más común del estado de ánimo. En este estado la persona se siente abrumada por la tristeza, perdida de interés en las actividades, siente culpa excesiva o sentimiento de poca valía o que no vale nada.
La depresión es un estado muy personal y variado en el que la persona es incapaz de sentir placer, se siente cansada, apática, sin ánimos para nada. Suelen sentir que han fracasado en la vida y desarrollan un sentimiento de culpa por ello. También experimentan un miedo excesivo e impotencia.
Cuando la persona está gravemente deprimida una de las peores cosas que puede experimentar es una gran desesperación y más específicamente un sentimiento de soledad absoluta. La persona desarrolla un sentimiento desolador y de aislamiento. Este aislamiento puede producir un intenso dolor anímico y mucha ansiedad.
El estado depresivo suele producir en las personas trastornos del sueño (las persona se despierta muy temprano o le es muy difícil conciliar el sueño o por el contrario duerme de manera excesiva) También puede provocar falta de interés en la comida, (falta de apetito o comer excesivamente) además manifiesta un gran desinterés por las actividades sexuales.
Muchas investigaciones dan cuentas de que los primeros signos indicadores de depresión son las dificultades para concentrarse, dificultades con la memoria. Cuando la depresión se agudiza la persona se siente abrumada por pensamientos recurrentes de suicidio, los cuales se pudieran materializar en cualquier momento, en cuyo caso es indispensable la intervención de un especialista en el área.
Desde la niñez comenzamos a conformar nuestra visión del mundo, la naturaleza de nuestro diálogo interno, los cuales se nutren del entorno tanto familiar como social y comenzamos a grabar en nuestra mente pensamientos, acciones y actitudes muchas veces del tipo:
“Todo lo que hago me sale mal”, “Todo está en contra mía”, “Nunca podre salir de esto”, “Estoy completamente solo”, “Dios se ha olvidado de mi”, “Nadie me quiere”, “No valgo para nada”.
Hay que cambiar estas grabaciones por sus contrarias y sentirlas verdaderamente. Sencillamente practíquelo todos los días, que cada vez que llegue un pensamiento negativo de ese tipo, genere tres o cuatro pensamientos positivos contrarios y siéntalo emocionalmente y en toda su existencia que es así.
Al principio el estado depresivo suele experimentarse como una tristeza y una apatía que van infiltrándose lentamente. Existen grados distintos y diferentes tipos de depresión, desde las sensaciones vagas de malestar, hasta síntomas extremos de tener alucinaciones (oír voces, ver cosas) y sentir tentaciones de suicidio.
Las manifestaciones sintomáticas de los diversos estados depresivos suelen ser muy variados entre ellos se destacan: la irritabilidad, el retraimiento, la rabia, el llanto, el cálculo excesivo, la falta de concentración, los cambios bruscos del humor, el miedo y la ansiedad, la hipersensibilidad a la crítica, los sentimientos de culpabilidad, la desilusión, la irrupción repentina de lagrimas, los trastornos del sueño, la falta de apetito y sentimientos de desesperación absoluta.
Existen montones de denominaciones sobre la depresión, he aquí algunas de ellas:
Depresión endógena, considerada así porque proviene del interior de la persona, muchos especialistas consideran que se debe a un desequilibrio químico fisiológico y suelen contrarrestar dicho desequilibrio con algún tipo de medicación. La depresión reactiva, cuya existencia se debe a circunstancias difíciles de la vida como la perdida de algo muy valioso, como un ser querido. También existe la maniacodepresivo que se caracteriza por cambios bruscos y exagerados del humor.
Amplísimos y diversos son los factores que pueden producir depresión. Veamos algunos de ellos:
Factores psicológicos: el tipo de infancia que hemos tenido donde el padre o la madre se deprimían frente a los problemas y adversidades, la visión que hemos desarrollado de nosotros mismos y el sentimiento de vacío existencial.
Acontecimientos de la vida, las pérdidas de un ser querido, la noticia de una enfermedad terminal, la separación o el divorcio, la perdida de status, etc.
Factores fisiológicos: enfermedad, trastornos hormonales, alteraciones del ritmo normal del cuerpo debido a la presión de acontecimientos importantes.

¿Qué cosas pueden ayudarnos?

• Desarrollar el hábito de escribir.
• Tener una persona de confianza con quien hablar.
• Acudir a un especialista en área, (psicólogo, psiquiatra).
• Reflexionar sobre nuestra vida.
• Desarrollar sentimientos de valía personal.
• Meditar (hacer silencio interior).
• Practicar relajación y visualización de que estamos bien, con vigor, energía y entusiasmo.
• Dieta equilibrada, sana y natural.
• Ejercicios. Este es uno de los mejores antídotos contra la depresión, de acuerdo a Begley (2008) “si alguien con depresión hace ejercicios, esta cede.” La neurogénesis (la producción de nuevas neuronas cerebrales), puede ser el antidepresivo por excelencia.
Las investigaciones dan cuenta de que el mecanismo que controla la depresión parece estar relacionada con un tipo de neuroquímico denominado CATECOLAMINAS.
Hay dos formas de restaurar los niveles químicos cerebrales, uno es mediante los suministros de fármacos antidepresivos pero el más natural es mediante el ejercicio regular y la visualización de un estado de ánimo optimo.
Hay que desarrollar una gran actitud y disposición de cambios y siempre saber que si experimentamos tristeza, es posible la alegría porque ambas son gemelas y siempre andan juntas y además nunca perder la perspectiva y saber que la esperanza fue lo último que salió de la caja de PANDORA.

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